Emergencia Arquitectónica para la ciudad de Río Ceballos

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Pedido presentado el día 20 de agosto de 2019 al Concejo Deliberante de la Ciudad de Río Ceballos, tratado en la sesión del Concejo el 21 de Agosto del mismo año.

De nuestra mayor consideración:

Desde el Grupo Tica Hen presentamos el siguiente pedido de “Emergencia Arquitectónica” para la ciudad de Río Ceballos, el cual fundamentamos y detallamos a continuación.

Introducción.

El patrimonio cultural es una herencia del pasado y es propiedad de toda la comunidad. El disfrute y acceso al mismo es un derecho humano, así como también es un deber su cuidado para transmitirlo a las generaciones futuras.

La noción de patrimonio es importante para la cultura y el desarrollo en cuanto constituye el “capital cultural” de las sociedades contemporáneas. Contribuye a la revalorización continua de las culturas y de las identidades, y es un vehículo importante para la transmisión de experiencias, aptitudes y conocimientos entre las generaciones. Además es fuente de inspiración para la creatividad y la innovación, que generan los productos culturales contemporáneos y futuros. El patrimonio cultural encierra el potencial de promover el acceso a la diversidad cultural y su disfrute. Puede también enriquecer el capital social conformando un sentido de pertenencia, individual y colectivo, que ayuda a mantener la cohesión social y territorial. Por otra parte, el patrimonio cultural ha adquirido una gran importancia económica para el sector del turismo en muchos países, al mismo tiempo que se generaban nuevos retos para su conservación. (UNESCO)

Cabe mencionar que el patrimonio cultural es considerado una “riqueza frágil” amenazada constantemente por los impactos de la globalización traducidos, en nuestra zona en particular, con un avance inmobiliario sin control y una idea de “progreso” que no contempla los bienes colectivos.

Hace décadas que venimos viendo cómo los bienes culturales son avasallados constantemente generándose pérdidas irrecuperables que implican no solo la destrucción de bienes materiales de alto valor, sino también una idea e imagen de ciudad que hacen a una parte fundamental de su identidad.  Esto, sumado a la pérdida  de grandes áreas de espacio público (márgenes de ríos y arroyos, pasajes, espacios de reunión barriales, potreros, etc.), nos demuestra que nuestra ciudad se aleja cada día de los tan mentados parámetros que deberían llevarnos a una Ciudad Sostenible, y por lo tanto inclusiva, abierta, conectada, con identidad y memoria, plena de espacios de encuentro y participación.

Mucho se habla, y se ha hablado, sobre la identidad de nuestra ciudad; se han construido alrededor de esta idea proyectos de todo tipo, algunos provechosos y otros que han generado todo lo contrario. Se habla de la  “época de oro” y de “la perla de las sierras chicas” como un momento histórico vacío de una construcción social en donde el pasado habla hacia el presente. Se nombran los cientos de hoteles, hosterías y casas de alojamiento al mismo tiempo que se tiran, demuelen o transforman hacía algo totalmente irreconocible, o se construyen locales comerciales cambiando la fisonomía de “villa serrana” a una arquitectura (una vez más) sin planificación, ni estilo, ni estética, ni una sensata inclusión al paisaje serrano; el funcionalismo está avasallando el patrimonio.

Vemos, también, cómo casi no existen edificios públicos pero si una gran cantidad de antiguas casonas y hoteles totalmente abandonados, en una inminente ruina, esperando al mejor postor para tirarlas abajo o, en el mejor de los casos, intentar mantener la fachada (no siempre con buenos resultados). Pareciera ser una estrategia clara esperar que ya no sean factibles de conservación para dar paso a su pronta demolición. Y mientras se exigen ciertas pautas a algunos, otros tienen factibilidad del estado de invadir el espacio público, apropiarse de las márgenes del río, destrozar el paisaje y evadir el arbolado obligatorio.

En la actualidad muchas ciudades de nuestro país y en particular en nuestra provincia utilizan su patrimonio arquitectónico como parte de su identidad, construcción de su historia y basamento fundamental de su urbanismo, en Río Ceballos éste se ve amenazado y pronto a desaparecer por completo.

Aún sin tener en cuenta el potencial del patrimonio urbano como producto turístico, se sigue hablando de volver a posicionar a Río Ceballos en lo que alguna vez fue: el destino más elegido por los visitantes de las sierras de Córdoba. Por supuesto que este no deberá ser jamás la primera razón para el cuidado de su arquitectura, pero si podría convertirse en una de las razones para que a quienes no les interesa su valor histórico, al menos los preserve como herramienta económica o de identidad y memoria para sus habitantes. Debe existir un equilibrio entre el desarrollo urbano y el cuidado patrimonial, basado en planificación y no en negocios de turno para unos pocos.

Es alarmante cómo, justamente la avenida principal (considerada por algunos como el casco histórico), tiene cada vez menos para mostrar de nuestra historia.”

Lugares donde se ha respetado el patrimonio arquitectónico con una marcada identidad (por ej. Villa General Belgrano) donde no sólo se conserva sino que se potencia a través de nuevas construcciones “al estilo” demuestran este equilibrio. Han sabido ver el valor de su patrimonio como producto. Aunque estamos hablando de localidades con una fuerte y marcada impronta identitaria, esto no debería ser excusa para no encontrar en Río Ceballos los valores que por sí mismos tienen ciertos edificios o lugares. Por lo pronto, un estilo ecléctico que muestra (o mostraba), diferentes estilos y épocas de crecimiento poblacional. De esta forma, a todo lo largo de la Avenida San Martín se podían observar chalets con grandes y abundantes jardines adelante, intercalados con antiguos ranchos, y antiguos y modestos negocios que, en su conjunto, permitía ver el entorno serrano circundante. La tendencia al día de hoy es la construcción de grandes “galpones” en donde la vegetación ha quedado relegada a lo que hay que sumarle un escasísimo arbolado público.

Casos en Argentina, casos posibles y realizables.

La provincia de Salta declaró en 2009 como “bien de interés arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta” al área Centro de la ciudad. Cuenta con un plan regulador con el fin de proteger los sitios patrimoniales para “lograr un vínculo dinámico entre lo más antiguo de una sociedad y la vitalidad que despierta el futuro y el progreso”. En 2006, sanciona la ley 7.418 que constituye “el marco legal de aplicación en todo el territorio provincial, para la preservación, salvaguarda, protección, restauración, promoción, acrecentamiento y transmisión a las generaciones futuras del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta.” Dicho patrimonio “es el conjunto de bienes inmuebles, ubicados en la provincia de Salta, que fueren declarados de interés arquitectónico y/o urbanístico, cualquiera sea su régimen jurídico y titularidad, que en sus aspectos tangibles o intangibles, materiales o simbólicos o por su significación intrínseca y/o convencionalmente atribuida, definen la identidad y la memoria colectiva de sus habitantes”. Al mismo tiempo que se crea la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta.

El ejemplo de Salta puede parecer de una diferencia abismal con lo que conforma el patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad, pero nos sirve, por un lado, para ver que es posible la conservación cuando hay un Estado decidido, fuerte y responsable que interviene de manera activa en la salvaguarda de los bienes comunes, pero también para comprender, por medio de las diferencias, que mientras nosotros mismos, los rioceballences, no entendamos la dimensión del valor de nuestra arquitectura, el espacio público y el paisaje, será imposible comenzar a trabajar en esto.

Ejemplos al respecto sobran, pero algunos son bien contundentes y más cercanos, como el de La Cumbrecita, en la Provincia de Córdoba. Las regulaciones sobre el patrimonio arquitectónico son muy específicas y restrictivas, como una forma de mantener la identidad de una comunidad a través de su estructura urbana. En esta localidad se creó un registro de Patrimonio Histórico, se realizó un relevamiento del patrimonio natural y urbano y entre sus ordenanzas se creó el Código de Edificación y Zonificación; éste, además de lo que se puede ver en ordenanzas similares (incluso en el proyecto de Ordenanza de Usos de Suelo de nuestra ciudad) dispone criterios estéticos como parte de su identidad para todas las construcciones (tanto privadas como públicas) y sostiene un control estricto sobre los edificios patrimoniales ya que “este recurso cultural se constituye con el conjunto de hitos que conforman una unidad como recurso a proteger y a aprovechar. Cada uno de estos hitos representa una expresión de la identidad antropológica. Asimismo, actúa como atractivo principal de La Comuna y de la Reserva de Uso Público”. Este control aplica a las demoliciones de estructuras existentes.

Antes de pasar a nuestra localidad en particular, queremos incorporar, también, la legislación de la Ciudad de Córdoba como un ejemplo de categorización y conservación de los bienes patrimoniales.
La Ordenanza 11190 de Protección del Patrimonio Arquitectónico Urbanístico y de Aéreas de Valor Cultural de la Ciudad de Córdoba que busca proteger y poner en valor los bienes y lugares del patrimonio construido en la ciudad de acuerdo al orden público que estos poseen, plantea distintos niveles de intervención basados en los siguientes criterios de categorización: Valor tipológico, Valor estético, Valor Urbano-Ambiental, Valores histórico-social y documentario-testimonial, a través de las siguientes categorías: Monumental, Alta, Media, Baja, Testimonial.
Este ejemplo sirve para ver que cuando se habla de conservación de patrimonio no estamos hablando de absolutamente todo, sino de diferentes criterios para una evaluación, es decir, y citando a la UNESCO, “La “combinación acertada” de patrimonio cultural y desarrollo sostenible requiere no sólo protección frente a las condiciones ambientales adversas y el daño intencionado, sino también cuidados constantes y renovación permanente. Todo enfoque que mire sólo al pasado correrá el riesgo de convertir el patrimonio en una entidad rígida y congelada, que perderá su pertinencia para el presente y para el futuro. En realidad, se ha de entender el patrimonio de tal manera que las memorias colectivas del pasado y las prácticas tradicionales, con sus funciones sociales y culturales, sean continuamente revisadas y actualizadas en el presente, para que cada sociedad pueda relacionarlos con los problemas actuales y mantener su sentido, su significado y su funcionamiento en el futuro.”

Sobre las legislaciones locales.

La vecina ciudad de Unquillo cuenta con una ordenanza de Protección Patrimonial en donde a las categorías similares a otras legislaciones, catálogo de bienes patrimoniales y niveles de protección agrega, en su art. 7 “En cualquier caso, ante la situación de autorizar la demolición total o parcial de un inmueble catalogado, el municipio podrá requerir la donación de elementos de valor para su conservación y/o reutilización en obra pública” y en su art.8 integra al patrimonio edilicio el entorno tanto natural como “Los elementos que hacen al equipamiento, identidad y reconocimiento del bien (faroles, bancos, elementos decorativos o funcionales, veletas, fuentes, etc.)”.

Ahora sí, más específicamente en nuestra ciudad, a raíz de la encuesta sobre Políticas Culturales a los Candidatos de Río Ceballos, vemos con alarma que al hablar sobre protección y conservación de patrimonio arquitectónico se cita una ordenanza sobre los circuitos de casonas (ordenanza que creemos muy importante por el valor que supone que el patrimonio se dé a conocer) pero que de ninguna manera propone acciones concretas para el cuidado de estos bienes patrimoniales y tampoco tiene un catálogo de las propiedades o lugares que lo integran, dejando así la factibilidad de que cualquiera de éstos pudiera desaparecer a futuro no perdiendo ni los circuitos, ni la ordenanza, su vigencia.

Sobre todo, es alarmante que se desconozca que en el año 1995, a través de un proyecto presentado por el Sr. Víctor Amuchástegui, se sancionó la ordenanza municipal 849/95, la cual adjuntamos a este documento, en donde, entre otras cosas, se crea una Comisión de Consolidación y Mantenimiento del Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Cultural de la ciudad de Río Ceballos, encargado del Inventario, Registro, Control y Coordinación de los bienes patrimoniales de la ciudad para su declaración de Interés Municipal. Dado que nunca se efectivizó esta Comisión, no hubo declaraciones de este tipo por lo que es claro que nada es factible de Preservación para aplicar los puntos de esta ordenanza.
La ordenanza 849/95 está vigente, sin embargo seguimos viendo cómo los emprendimientos privados en total connivencia con el Estado municipal siguen haciendo desaparecer el patrimonio que es de todos. Viene al caso mencionar que también está vigente la ordenanza 2330/16, que declara el estado de riesgo en que se encuentra la Capilla Histórica de nuestra ciudad, la creación de una Comisión “Salvemos la Capilla Histórica” y que, con fecha 19 de octubre de 2016, ponía como plazo la constitución de dicha comisión de 15 días corridos. Como se puede ver, las ordenanzas en Río Ceballos no tienen peso de ley sino que se quedan en enunciados cuando hay negocios de por medio. Mientras la Capilla sigue en un continuo estado de deterioro, vemos cómo día a día la arquitectura urbana deviene en una destrucción constante; cualquier edificio patrimonial vale tanto como la Capilla.

En última instancia es necesario citar que existen todavía en nuestra ciudad gran cantidad de edificios, núcleos arquitectónicos y espacios que se encuentran al borde de una pérdida irremediable. Así mismo se puede ver que aún existen personas, grupos o empresas que realizan sus negocios en antiguas estructuras edilicias sin necesidad de cambiar la fisonomía de nuestra ciudad no siendo esto un impedimento para su desarrollo. Entre éstos podemos citar la Cooperativa de Obras y Servicios, el CEC, Villa Mica (en donde han funcionado diferentes emprendimientos), Serrano Coworking…

Los ejemplos y antecedentes que refieren a la Señalización, Catalogación, Preservación y Conservación del patrimonio de todos los rioceballences pensándolos, en primer lugar, como bienes comunes que nos hablan de nuestra historia e identidad y, en segundo lugar, que pueden constituirse como un producto turístico basado en el respeto de los bienes colectivos en consonancia con el progreso que tanto se pregona, son el equilibrio necesario para comenzar a pensar “la ciudad que queremos” sin agotar esto en palabras, talleres y letra escrita, sino en acciones concretas y responsables.

Dicho todo esto, pedimos:

  1. Se declare la EMERGENCIA DE PATRIMONIO ARQUITECTONICO Y URBANO en la ciudad de Río Ceballos, esto es: prohibición de demoliciones, totales o parciales, hasta tanto no exista un relevamiento, catalogación y pautas o procedimientos que respeten los bienes patrimoniales comunes, atentos a la construcción de nuestra historia, respetando las identidades de nuestra ciudad y el verdadero espíritu de progreso que suponen todos los valores antes mencionados.
  2. Revisar la ordenanza 849/95 que aún se encuentra vigente, dando paso a una actualización de la misma si fuera necesario.
  3. Relevamiento del patrimonio de nuestra ciudad para la creación de un catálogo y categorización de los bienes patrimoniales de nuestra ciudad. (Construir una línea de base patrimonial).
  4. Efectivizar la ordenanza mediante controles estrictos que garanticen su funcionamiento.
  5. Diseñar mecanismos de incentivo para los propietarios que conserven patrimonio (reducción impositiva, provisión de materiales y mano de obra para mantenimiento, beneficios en el acceso a incentivos, etc.)

Creemos que esta Declaración de Emergencia requiere de un tratamiento urgente dado el acelerado proceso de destrucción, demolición y apropiación, por lo que quedamos a su disposición para todo aquello en lo que pudiéramos colaborar; así mismo, compartiremos este documento con los medios locales y provinciales y a través de nuestras plataformas on line y redes sociales.

Sin nada más que agregar, los saludamos cordialmente.