Migraciones sin romanticismos. Una breve revisión del concepto.

MIGRACIONES sin Romanticismos. Una breve revisión del concepto.
Texto de Cristian Escribano.

Antes de comenzar veamos a que nos referimos con migraciones. La definición nos dice lo siguiente: La diferencia entre emigranteinmigrante y migrante va a depender, pues, del punto de vista: emigrante es el que se va, mientras que inmigrante es el que llega. El migrante, por su parte, es aquel que, simplemente, se desplaza de un lugar del que es originario a otro distinto, independientemente del punto de vista. En la actualidad se utiliza el término migrante para englobar a las otras definiciones.

Dicho esto…

Las migraciones humanas, por lo menos desde el nacimiento de la modernidad (1750) no se corresponden a hechos románticos o pintorescos, en todo caso es el paso del tiempo y la necesidad de los migrantes de olvidar sus padecimientos lo que convierte a estos eventos en bellas historias familiares narradas con nostalgia y ciertos tintes de orgullo.

El ser humano, por lo general, ama su tierra, construye vínculos y se construye a si mismo a los pocos minutos de nacer; somos seres “tramados”, entretejidos con los mas mínimos detalles de nuestra configuración cultural (los límites de la cultura. Alejandro Grimson), cultura que está constituida por miles de pequeñas tramas complejas que nos atraviesan día a día formándonos como personas: olores, sabores, sonidos, formas de hablar, maneras de demostrar afecto, temporalidades cotidianas (a que hora se come, a que hora se duerme, a que hora nos levantamos), música, humor, símbolos, canciones, lenguaje…Migrar es abandonar un mundo, el mundo propio. No puede haber migración sin dolor. No puede estar exenta de dolor una acción que es forzada.

Si las migraciones del Siglo XIX no eran hechos pacíficos o románticos, las actuales no solo no han dejado de serlo sino que el resurgimiento de los esencialismos, también llamados fundamentalismos, parecieran darle un matiz de crueldad pocas veces observada. La diferencia con el Siglo XIX y principios y mediados del XX es que la humanidad dispone en la actualidad de  la tecnología, instituciones y de toda la riqueza material para evitar que esto suceda en la forma cruel en que sucede.

¿Porqué migran las personas?

No nos confundamos, los esencialismos no son solo religiosos o étnicos, también lo son políticos y económicos. Es un fundamentalismo permitir y provocar que miles de personas se vean obligadas a abandonar su tierra debido a que la acumulación de riqueza y las maniobras del mercado financiero internacional hunda a sus países en la miseria. Es un fundamentalismo que en nombre o la necesidad de mantener los índices de crecimiento de ciertos países llamados desarrollados y emergentes se saqueen (expolien) países que no poseen el poder de oponerse o de negociar. ¿Qué pasa entonces con sus poblaciones subsumidas en la miseria? Muchos de ellos migran o, por lo menos, lo intentan.

En la revisión de estos procesos a veces corremos el riesgo de perder de vista a aquellos migrantes que no se consolidaron como grupos dominantes o hegemónicos. ¿Acaso no hubo migrantes internos en la Argentina cuando se sucedían las grandes inmigraciones del Siglo XIX? ¿Qué pasó con las miles de almas que migraban de un sitio a otro del país para no morir de hambre, sin dejar nunca de ser explotados? Entre ellos, indios o mestizos que iban de la zafra tucumana a la tala del quebracho en manos de La Forestal. Mientras acogíamos e incentivábamos la inmigración desde Europa: ¿en dónde habitaban miles de indios y gauchos cuando en nuestros mapas colocábamos el rótulo de “Tierra desierta”, o simplemente “desierto”, sobre enormes extensiones habitadas por miles de personas y para nada desérticas?.

¿Qué pasó con nuestros migrantes internos? ¿En dónde están, cómo lo pasaron, quiénes son hoy sus descendientes? Los comenchingones vivían en maravillosos valles con abundante bosque y un clima benigno. Por qué encontramos en la actualidad a sus descendiente en lugares inhóspitos, lejanos, fríos, altos, áridos, salitrosos…¿Será que se vieron obligados a “migrar” para no ser exterminados?

No hace mucho tiempo también hemos sido migrantes…

A veces nos olvidamos que durante el período 1976-1982 miles de ciudadanos argentinos tuvieron que migrar hacia otros países para escapar de la muerte en manos del Estado. ¿Por qué valuamos mejor unas migraciones que otras?. La historia reciente nos impide despegarnos de posicionamientos que opacan nuestro perfil más humano, algo que sí podemos sentir cuando el evento es lejano en el tiempo o a nuestra cultura y por lo tanto a nuestras posturas políticas o bases morales.

Miles de argentinos migraron buscando mejor calidad de vida durante el período neoliberal de los años 90. La particularidad de ese momento fue la “fuga de cerebros”, este hecho nos da otra dimensión de una serie de características que normalmente naturalizamos en un migrante: que es pobre, ignorante, perseguido. En este caso es el modelo económico el que “expulsa” de su tierra a las personas sin importar su formación o clase social. Los márgenes de desición cambian, no obstante el migrar no deja de ser una acción forzada.

¿Todos podemos ser migrantes? Un fenómeno que no escapa a la estratificación social.

Si y no…Qué harías si tuvieses que esconderte 40 o 50 veces al día con toda tu familia en un sótano cada vez que suenen las sirenas de bombardeo, qué harías si en tu país tus padres arreglan tu matrimonio cuando apenas tenés 15 años con un hombre de 60. Qué harías si la economía de tu país impide que alimentes a tus hijos. Ahora bien, ¿todos los ciudadanos padecen estos eventos de la misma forma o con la misma intensidad? Incluso, en los eventos mas extremos, el fenómeno de la migración no escapa a un análisis de estratificación social basado en clases: ¿los sectores económicos acomodados migran de la misma manera que lo hacen los de las clases económicas menos favorecidas? Los migrantes africanos que se ahogan cotidianamente frente a las costas de la rica y opulenta Europa no son los mismos migrantes que pueden salir de sus países pagando un boleto de avión o por medio de vías seguras resultado de sus contactos influyentes. La migración puede ser vista y analizada desde la dimensión de clases sociales. No obstante, en muchos casos, y esto es lo que une y nos pone a todos en la misma bolsa, es que incluso hasta los sectores sociales más acomodados, ante eventos extremos, se ven forzados a abandonar su tierra.

¿Quienes migran hoy hacia nuestras tierras?

Las migraciones son dinámicas, las determinan macro procesos locales o regionales, por lo tanto cambiantes, este año pueden venir Senegaleses perseguidos por su posición política, si el próximo año cambia la situación de su país es posible que se vuelvan, o no. La asimilación es un proceso que no analizamos en este ensayo. Los motivos por los que arriban pueden ser puramente económicos o políticos, como dijimos al comienzo: guerras, persecuciones, miseria, e, incluso, sueños por vivir un poco mejor. Nuestras tierras reciben en la actualidad a personas provenientes de Bolivia, China, Ecuador, diferentes paises de África, entre ellos Senegal y Angola, entre otros. En muchos paises, y el nuestro no es excepción, los migrantes se convierten en el blanco preferido de quienes quieren ocultar los verdaderos problemas locales cuando la economía no funciona: los migrantes se convierten en chivos expiatorios. Generalmente las estadísticas demuestran lo infundado de estos posicionamientos cuyo motivo principal es ocultar, o bien estrategias políticas, o una siempre presente xenofobia y racismo. Olvidamos rápidamente  que todos podemos ser migrantes algún día. Cuando te cruces con un migrante no le preguntes tanto acerca del porque está aquí, y si te da lugar preguntale qué necesita. A veces las personas idealizan a los migrantes: deben ser trabajadores, limpios, amar nuestras costumbres. Un migrante puede no tener nada de eso, pueden no gustarnos sus formas, sus gestos, su manera de hablar o de pensar, un migrante no tiene porqué rendir un examen de ciudadanía, es una persona como cada uno de nosotros. No esperemos nada especial, solo necesitan ser acogidos.

Todas las cosas son personas encantadas. (1)

Comprender el hecho de las migraciones es una cuestión de empatía, es decir, ponerse en el lugar del otro, saber que podemos ser ese otro cuando menos lo esperamos. Ponerse en el lugar del otro implica un esfuerzo reflexivo. Un gran antropólogo argentino, Alejandro Grimson, nos dice que salirnos de nuestro centro de interpretación del mundo, salirnos de nuestro visión de mundo implica un gran esfuerzo reflexivo. La muestra Rastros y Rostros. Inmigración y Diversidad Cultural nos ayuda a hacer mas fácil ese esfuerzo o a que ese esfuerzo no nos cueste tanto y, así, poder ponernos en el lugar de esos migrantes y de los actuales que arriban a nuestro país. Es por ello que las cosas expuestas en esta muestra no nos hablan si no conocemos lo que hay detrás de ellas, cuál es su historia, su relato. Las entrevistas grabadas que esta muestra nos ofrecen, completan y dan sentido a cada uno de esos objetos puestos amorosamente en esas cajas. Todas las Cosas son Personas Encantadas: ahí, detrás de ese rallador de pan, detrás de esa hoja de afeitar…hay manos que hicieron que funcionen, personas que se sirvieron de estos objetos, una abuela rallando el pan y un abuelo afeitándose en el barco, un patio en un pequeño pueblito de Italia o de Siria en el que ese rallador reposó sobre una mesa o un aljibe, el vestido sobre el que se abrazó una madre y una hija antes de la partida. Esos objetos no son solo objetos, las personas que los usaron viven en ellos, esas cosas son personas encantadas, sin esas historias solo son chucherías. Hagamos ese esfuerzo reflexivo: las escuchemos.

(1)  «Todas las cosas son personas encantadas», Peter Sloterdijk. Título de la segunda parte de la película «El Capital» de Alexander Kluge.

Hablemos de Inmigrantes

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Para esta reposición de la muestra «Rastros y Rostros. Inmigración y Diversidad Cultural» recibimos un texto (que en realidad son dos) que aporta a este trabajo una dimensión que queríamos integrar desde el año pasado y que tiene que ver con el proceso nunca acabado de inmigración en nuestro país.

Un texto tan actual que, lamentablemente, se sigue actualizando. Quizás debería comenzar diciendo «el pasado 18 de septiembre…»

Hablar de inmigración no es hablar de pasado, es repensarnos a diario y entender que nos seguimos construyendo culturalmente.

Agradecemos este texto y los invitamos a leer esta primera parte.

LA IDEA DE RAZA: una categoría inventada para dominar.
Cristian Escribano.
Ensayo basado en las ideas y categorías de «Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina» de Aníbal Quijano.

El pasado 14 de abril la comunidad senegalesa residente en la Ciudad de Buenos Aires sufrió una dura represión, por esa misma fecha Italia negó el arribo e ingreso de 600 migrantes de origen africano a cualquiera de sus puertos del Mediterráneo; hacinados en un barco que los traficaba (como hace 200 años) terminaron recalando en España. Esa misma Italia (entendida como nación) que necesitó migrar a «un mundo mejor” escapando de la miseria o de la guerra ahora le cerraba las puertas a otros migrantes. Principalmente los Estados Unidos, las naciones europeas, China y otros estados, a través de sus empresas que precisan de materias primas, han encontrado en la tragedia africana un espacio nuevamente disponible para un nuevo ciclo de enriquecimiento o reproducción capitalista basado en la expoliación de recursos naturales. En nuestra cotidianeidad podemos escuchar, e incluso casi decir y decirnos: trabajé como un negro, este es un negro, entre otros calificativos utilizados como insulto o para describir trabajos o actividades que no debieran corresponderse con nuestra posición social, nuestra mayor o menor educación, clase o, simplemente, una tonalidad de piel más o menos blanca.

¿Qué fenómeno histórico produjo que naturalicemos esta categorización sobre un enorme sector de la población mundial?

¿Podemos pensar la idea de raza sin tener en cuenta las formas de dominación instauradas como resultado de la expansión colonial, producto del nacimiento de un nuevo patrón de orden mundial? ¿Por qué, a pesar de los procesos de descolonización y la ampliación de derechos en todos los órdenes, desde el nacimiento de la modernidad, continúan operando en nuestros días clasificaciones sociales que funcionan como herramientas de dominación y/o discriminación? ¿Cuál fue el proceso histórico cuya potencia fue tal que permitió la sedimentación de estas clasificaciones que permiten la dominación y violencia institucional basada en la categoría de raza y que encuentra el apoyo o, por lo menos, no moviliza en su contra a vastos sectores sociales?

Puesto en otras palabras: qué hace qu,e a pesar del maltrato policial y por lo tanto institucional a, por ejemplo, los inmigrantes senegaleses, no nos encontremos con una población local movilizada alzando las banderas en contra de la discriminación.

Hace menos de un mes moría el peruano Aníbal Quijano, uno de los pensadores más lúcidos que nos dio latinoamérica y que repensó la invención de la categoría de raza. Creemos que es necesario rescatar su pensamiento en el marco de un mundo que pareciera recuperar y profundizar sus peores herramientas de dominación basadas en la discriminación. Dejemos que el maestro hable:

Raza: una categoría inventada para dominar

La globalización en curso es, en primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrón de poder es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo.

La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América.

Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos. La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en América identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras. Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde entonces cobraron también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación racial. Y en la medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose eran relaciones de dominación, tales identidades fueron asociadas a las jerarquías, lugares y roles sociales correspondientes.

Con el tiempo, los colonizadores codificaron como color los rasgos fenotípicos de los colonizados y lo asumieron como la característica emblemática de la categoría racial. Esa codificación fue inicialmente establecida, probablemente, en el área britano-americana. Los negros eran allí no solamente los explotados más importantes, pues la parte principal de la economía reposaba en su trabajo. Eran, sobre todo, la raza colonizada más importante, ya que los indios no formaban parte de esa sociedad colonial. En consecuencia, los dominantes se llamaron a sí mismos blancos.

En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. La posterior constitución de Europa como nueva id-entidad después de América y la expansión del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevaron a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y con ella a la elaboración teórica de la idea de raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeos y no-europeos. Históricamente, eso significó una nueva manera de legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de relaciones de superioridad/inferioridad entre dominados y dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el más eficaz y perdurable instrumento de dominación social universal, pues de él pasó a depender inclusive otro igualmente universal, pero más antiguo, el inter-sexual o de género: los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una posición natural de inferioridad y, en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así como sus descubrimientos mentales y culturales. De ese modo, raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad. En otros términos, en el modo básico de clasificación social universal de la población mundial.

En términos de Quijano la idea de raza es, literalmente, un invento. Un invento efectivo que sigue reproduciendo la discriminación tanto mundial/institucional como social/personal. Un mecanismo efectivo que, lamentablemente, aún perdura.

Bibliografía: Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. Aníbal Quijano.

11 de Septiembre. Día del maestro.

Pancho Luján.jpgCuadro realizado por encargo de Héctor Luján, cortesía de Ricardo y Eduardo Luján.

Hoy se conmemora el día del maestro y queremos recordar al primer maestro de Río Ceballos, Don Pancho Luján quien daba clases bajo la sombra del aguaribay que se encuentra en la explanada de la Capilla Histórica de nuestra ciudad.

Ese fue su comienzo, aunque también daba clases en escuelas y se convirtió en preceptor cuando Sarmiento determinó que solo darían clases quienes tuvieran título para ellos. Dice su familia que igualmente siguió dando clases en su casa, a los niños que no podían ir a la escuela.

Don Pancho Luján fue el precursor de la educación en Río Ceballos, persona ilustrada e influyente hasta bautizó a algunos niños nacidos acá.

bautismo

Estamos trabajando junto a la familia Luján para hacer una muestra sobre el primer maestro Don Pancho Luján para que todos podamos conocer su historia y su legado.

Feliz día a todos los maestros!