Morteros y Conanas

MORTEROS Y CONANAS

Muchas de las tareas que realizaban los pueblos originarios fueron facilitadas por morteros y cananas. Muchos de los morteros encontrados informan sobre procesos desarrollados durante los siglos finales previos a la conquista española. Los artefactos fijos de molienda presentan variaciones en sus formas y tamaños, de acuerdo a probables funciones o usos diferenciados. Los útiles de molienda son artefactos empleados a través de dos partes complementarias con el propósito de reducir o quebrantar sustancias generalmente vegetales, tanto cultivados como recolectados, y los fines perseguidos pueden ser alimenticios (preparación de alimentos y bebidas), no alimenticios (medicinas, fibras vegetales para tejer) y para procesar sustancias no vegetales como carne salada y desecada (charqui) , huesos, pigmentos minerales y arcilla. Un grupo refiere a morteros profundos, de boca sub circular, parcialmente cónicos y generalmente de una profundidad de 10 cm, se cree de finalidad exclusivamente alimenticia: machacar, triturar, descascarar. Los morteros playos también tienen bocas sub circulares, pero de menos de 10 cm. de profundidad y serían para materiales que requerían escasa profundidad como ají, sales o charqui. Otro grupo de morteros son las cananas molinos, que servían para la molienda por fricción y pulverización con el propósito de procesar cereales, pseudo cereales, legumbres y tubérculos. En la mayoría de los casos la infraestructura de molienda se ubica en cauces de ríos y arroyos. En menos ocasiones aparece vinculada con asentamientos residenciales y de cultivo. Se han encontrado pequeñas cananas y manos destinadas a la preparación de colorantes. Algunas manos halladas tenían una cara plana. Los morteros pequeños, de mano, los realizaron en grandes cantos rodados globulares, y como mano de mortero usaron cantos rodados alargados. Son perfectamente cilíndricas, con sus extremos aplanados o redondeados. Para confeccionar las conanas se emplearon grandes lajas o trozos graníticos tubulares, y las manos mediante cantos rodados generalmente aplanados. Los morteros fijos, múltiples, por su larga vida útil, son un valioso testimonio de estrategias de reproducción social. Estos objetos prescribían la posición de quienes los operaban, sus posturas corporales y el modo de vinculación con los otros usuarios ubicados a mayor o menor distancia, ya sea cara a cara o lado a lado. Se han analizado en algunos lugares, vestigios de reocupaciones , eventualmente sostenidos a lo largo de siglos.