“Fiesta del libro”: así se llamaba en 1908 lo que a partir de 1941 y hasta el día de hoy, conmemoramos como el Día Nacional del Libro. Nos gusta más el primer nombre y es que es algo digno de festejar.
Los libros tienen la virtud de transportarnos a otros mundos, no hablamos solamente de mundos imaginarios, los libros contienen en sus páginas historias, vivencias, recuerdos, ideas, por medio de las cuales vamos formando nuestra propia forma de pensar, y que se nutre por muchas cosas que leemos con las que estamos de acuerdo o descartamos.
Hay muchos libros que hablan sobre Río Ceballos, su historia, sus habitantes, sus lugares, cada uno de ellos, a su manera, nos muestra un pedacito de esta ciudad a través de sus páginas y son las diferentes miradas de quienes los escribieron, desde un rigor histórico hasta sentimientos que provocaron en sus escritores. Es esta la riqueza de los libros.
Todos y cada uno de ellos son parte de nuestro patrimonio y de nuestra historia y a través de su lectura nos ayudan a conocernos un poco más y en ese conocernos construimos nuestra identidad.
Adolfo Völlmer publicó en 1942 su libro “Días de Gloria en las Sierras de Córdoba”. Es una especie de libro de viajero. Su viaje comienza en Río Ceballos y tras pasar por el centro y ver lujosos hoteles, se albergan en un rancho de adobe con techo de paja iluminado con lámparas a kerosene rodeado de montañas en donde ondulan por todas partes las pircas de piedra. Así era Río Ceballos por aquél entonces. Antes y después, las referencias nos pintan un Río Ceballos en constante cambio, desde Isquitipi hasta hoy de la mano de Carlos Page, Montes Pacheco y Anibal Montes (con más rigor histórico), Sixto Gorosito y Tomás A. Campos (con una mirada política), Ashaverus y Vocos Lescano (que muestran sus visiones de esta tierra) o Carlos Iglesias y María Teresa Ergueta (que nos hablan de las personas que fueron protagonistas de nuestra historia), todos ellos con diferentes miradas sobre un mismo lugar. Miradas como la de Susana Lobo, quien en “Un ángel en el corazón” cuenta la leyenda del aguaribay de la mano de un niño y Don Pancho Luján, primer maestro de Río Ceballos.
Un día después del día del escritor, la fiesta del libro se festeja conociéndolos, leyéndolos, conociéndonos. Cada uno de estos libros es un pedacito nuestro.