La Capilla Histórica de Río Ceballos tiene tres campanas, son de los pocos objetos originales que quedaron en su interior. Se usan algunas veces, en momentos excepcionales, ya que la Iglesia de la Virgen de los Dolores tiene un sistema electrónico que cumple esa función.
Contaba Beatriz Borgna, quien trabajó durante muchísimos años en la Iglesia, que en algún momento se habló de pasar las campanas de un edificio al otro pero que se respetó que siguieran en su lugar original como parte del patrimonio arquitectónico.
Qué sabemos sobre estas campanas? La verdad que muy poco; a veces las historias que se pueden rastrear sobre algunos objetos dejan más dudas que certezas. Pero las dudas también sirven para conocernos, la pérdida de ciertas cosas que tienen que ver con nuestro patrimonio también habla mucho de nuestra historia.
En el año 1871 fue donado el terreno para la Capilla por Angel Ceballos, la cual, según datos bibliográficos, se terminó de construir en 1873.
Las dos campanas más antiguas llevan la inscripción A.D 1870 (Anno Domini quiere decir “en el año del señor”). Podemos deducir, entonces, que las campanas no fueron hechas exclusivamente para la iglesia ya que la fecha de su factura es anterior, incluso, a la donación del terreno. Aunque no podemos asegurar que éstas estuvieran colocadas en el año de su fundación (1873), sabemos que para 1878 ocupaban ese lugar, gracias al “Inventario de las alhajas, ornamentos y útiles de las Capillas y oratorios de Anejos Norte”, que dice, entre otros ítems: «Una aguamanil de latón, dos campanillas de bronce y una de plata, un par de campanas de regular tamaño y sanas y una araña de bronce viejo».
Estuvimos investigando sobre algunos datos que aparecen en estas campanas porque nos parecía interesante saber cuál era su procedencia. Subimos al campanario y nos dedicamos a sacar fotos de los detalles para poder indagar más.
En estas fotos descubrimos que las campanas tienen muchos símbolos interesantes que se corresponden con un sentido más profundo que el de un objeto de uso.
Aunque las campanas servían para llamar a los feligreses o para sonar en casos excepcionales, tienen un fin espiritual, al igual que las formas propias del edificio que las alberga. No hay nada azaroso o de gusto en esto.
Encontramos dos inscripciones, luego de un largo trabajo logramos descifrar una, la otra, lamentablemente, es muy poco legible.
La inscripción dice, en latín: FULGURE ET TEMPESTATE LIBERA NOS DOMINE, que significa: Libéranos Señor de los rayos y de las tempestades. Según algunos datos, en las zonas rurales, las campanas se hacían sonar a la llegada de grandes temporales, con la esperanza de espantarlas. Esta frase, también forma parte de sermones y oraciones.
No entraremos en detalle, por el momento, sobre las figuras que aparecen representadas ya que son poco claras, pero seguramente tengan, también, sus significados.
Dentro de los datos que pudimos observar se encuentran las inscripciones:
A.D. 1870 – CANGALLO – COLBACHINI – 225 o 226 GIROLAMO 227 – BUENOS AIRES
Estos datos fueron el inicio de algunas averiguaciones que queremos compartir con ustedes:
Existen unas campanas muy famosas que corresponden al Establecimiento Colbachini, fundado en 1745, en Italia, por Giusseppe Colbachini al que luego se le incorporan sus hermanos, uno de ellos, especializado en matemáticas, quien logra que sus campanas se caractericen por la precisión del sonido.
Según el tamaño y el metal será el sonido que da; una campana de 634 kg. suena en LA, una de 1222 kg, vibrará en RE y una de 2516 kg. lo hará en SI bemol.
Si bien para finales del 1800 sus productos atraviesan el océano, no encontramos ningún dato sobre Argentina al respecto.
Tampoco encontramos datos sobre un Girolamo Colbachini o sobre Cangallo, no sabiendo si este último es un apellido o una localidad.
Hemos escrito al Establecimiento Colbachini mandando las fotos de las campanas y estamos esperando la respuesta.
Lo que sí notamos es que, en contraste con campanas fabricadas por Colbachini en la misma época, estas parecen mucho más rústicas y toscas, las inscripciones parecen estar puestas por encima de la estructura y no parte del vaciado del material y, además, aunque aparentemente son muy similares, tienen diferencias notables entre ambas.
También investigamos sobre fabricantes de campanas o fundidores para esa época con pocos resultados. Dejamos algunas incógnitas al respecto, con algunas teorías que podemos proponer: Podrían ser campanas que vinieran desde otro lugar y que fueran modificadas en fundiciones locales? Si el constructor de apellido Mujica, del que tenemos muy pocos datos como para saber de quién se trata exactamente, venía de Italia, las campanas serían de ese origen o él hizo algunas gestiones para obtenerlas?
Muchas veces las campanas llevaban datos de las familias que hacían la donación… estarán estos datos en las campanas de nuestra Capilla?
Creemos que teniendo datos sobre quienes trabajan este tipo de materiales podríamos obtener mejores respuestas.
Para finalizar, no queremos dejar afuera la tercera campana con datos más precisos que dice: Donación Familia Peralta Ramos, fechada en 1913. Es de un tamaño mayor que las otras dos y es la única que suena a veces, ya que de las otras dos una se encuentra partida.
Estas campanas forman parte del patrimonio de nuestra ciudad y pueden contarnos pequeñas historias que nos dan puntas para seguir investigando.